La enfermedad de la seca lleva años poniendo en riesgo a los alcornoques extremeños. /
La enfermedad de la seca lleva años poniendo en riesgo a los alcornoques extremeños. /
El campo lleva años intentando luchar contra una enfermedad que provoca la muerte de encinas y alcornoques de la dehesa. El hongo microscópico fitóftora –conocido comúnmente como la seca– ataca a las raíces finas, haciendo que el sistema de estos árboles se destruya, poniendo en riesgo al ecosistema extremeño por antonomasia
El proyecto Quercus Selección, liderado por Asaja nacional –y que cuenta con la colaboración de Cicytex y Montarsa Medioambiente en Extremadura y Asaja Cádiz y la finca La Almoraima en Andalucía–, busca crear una base para programar mejoras genéticas de los alcornoques y así producir árboles que resistan a la seca.
Concretamente, el equipo de Cicytex ha buscado en focos de la seca donde hubiera árboles «que tuvieran sintomatologías desde hace unos 20 años y que no hayan presentado decaimiento. Este ha sido uno de los requisitos para escoger los alcornoques supervivientes», explica Enrique Cardillo, investigador del proyecto.
Sin embargo, eso no quiere decir que todos los árboles que hayan sobrevivido sean resistentes por su genética. «Puede que lo hayan hecho también por las condiciones del suelo, el tiempo o el nivel de afección, entre otros parámetros», subraya.
De este modo, los alcornoques que resulten como candidatos serán los que, en un futuro, sirvan como base para obtener variedades selectas que aguanten la enfermedad de la seca.
Así, tras la elaboración de esta base de datos, los investigadores han tomado muestras del suelo y de las raíces, que han sido procesadas posteriormente en los laboratorios del Instituto.
«No es tanto buscar el cómo pueden sobrevivir a partir de ahora, sino comprobar si realmente la supervivencia es debida a su genética. Si es así, esos alcornoques servirán para producir semillas y esquejes que sean resistentes. El problema es reducir la variabilidad genética; por ello, cuantos más haya, mejor», admite Cardillo.
La multiplicación de estas plantas, recuerdan por otro lado desde el Instituto del Corcho, se lleva a cabo a través de una nueva técnica de producción denominada «embriogénesis somática» –realizada por la compañía Imidra–, que permite clonar árboles adultos en los que se observan los caracteres a seleccionar.
Estos clones, una vez probada su resistencia, podrán usarse para constituir huertos semilleros –de los que se encarga Viveros La Veguilla– que producirán la planta comercial resistente.
Por su parte, para asegurar la resistencia de los alcornoques candidatos, se está desarrollando un estudio de variabilidad de la virulencia de la seca en Cáceres, Badajoz y Cádiz, un trabajo enfocado a asegurar que dicha resistencia cubrirá toda la diversidad genética del patógeno. Y todo gracias a la colección de fitóftoras de Cicytex y los árboles sanos que se han obtenido.
«Queda todavía mucho por hacer», asegura Cardillo. «Ahora tenemos una colección de alrededor de 50 individuos que proceden de estos focos. Esos son los candidatos para comprobar la resistencia».
Además, han intentado incluir en esta colección los alcornoques que proceden de zonas con calidad de corcho superior a la media de la región. Y es que, entre otros objetivos, el proyecto pretende seleccionar árboles que, además de ser resistentes, presenten también una buena producción y calidad.
Producir las semillas de estos alcornoques tardará de 20 a 30 años. Todo en varias velocidades: habría cierta producción de planta al principio, con plantas de propagación vegetativa. Pero no habrá para todos. Por eso se harán los huertos semilleros. «Solo tenemos los árboles que resistan, y se producirán en masa a un coste justo para el agricultor. Para que estén en óptimas condiciones tardará mucho tiempo. Y en la creación de clones, igual. Una producción más restringida será complicada para que se pueda abastecer a todo el mercado».
Todo lo que rodea a la seca es lento: «Pero que sea lento no quiere decir que no esté avanzando. La enfermedad no afectará a toda la dehesa; sin embargo, irá a más si no actuamos. Ya hay herramientas para empezar a hacer cosas. Esta posible mejora genética es a largo plazo». Mientras tanto, queda prevenir.
De hecho, la importancia del equipo de Cicytex reside en su trabajo más allá de Quercus Selección, pues también cuentan con un gran conocimiento epidemiológico de la seca gracias a sus años de estudio en la dehesa que les permite realizar acciones de prevención.
«Hemos podido comprobar cómo se transmite o qué sitios son más infectables, algo que nos ha servido para prevenir. Hemos visto que hay animales que transmiten el hongo y hombres que también lo hacen con sus vehículos y aperos de labranza... Lo que hacemos es divulgar ese conocimiento para que los agricultores se manejen mejor ante la seca», indica.
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